Prácticamente toda la semana ha hecho buen tiempo, que después de la primavera de lluvia y frio que está haciendo ya era una suerte. La mañana del sábado se presentaba pues soleada y con temperatura más que agradable. Los nervios y la ilusión de una gran prueba que además para muchos de los triatletas inauguraba la temporada de triatlón, se notaban en los minutos previos.
La salida tuvo varias tandas. la mía comenzaba a las 12 y diez minutos aproximadamente, gorros azules nos dábamos de tortas en los primeros segundos de la prueba.
El agua fría pero cristalina, se podía ver debajo del agua la posición de los que me rodeaban y me permitió encontrar el hueco, consiguiendo salir en poco más de 30 minutos.
La transición larguísima hasta boxees, quitarme el neopreno fue complicado entre otras causas por los calambres que llevaba en las piernas, supongo que por el agua fría.
Comenzaba la que para mí era la parte más bonita de la prueba, un recorrido en bicicleta de 75 kilómetros a dos vueltas por los pueblos cercanos de Buitrago; bonito y por supuesto duro ya que la zona no es llana, el drafting no estaba permitido y el calor comenzaba a hacer mella en todos los participantes. Un recorrido en el que hay que pensar en guardar fuerzas para la carrera a pie. En cualquier caso fue un buen parcial con 2 horas y media y 29 km/h de media.
Ahora comenzaba lo bueno, 21 kilómetros por delante de carrera a pie con 32º de temperatura, un perfil de carrera duro, dos vueltas y media en los alrededores de la presa y en el interior de Buitrago.
Los primeros dos kilómetros de toma de contacto hacían preocuparme por posibles calambres, se me pasó momentáneamente, pero a los diez kilómetros veía que habría que tirar de orgullo y pundonor para acabar la prueba. Veía a demasiados corredores andando en las cuestas; me repetía a mi mismo que no andara, que bajara el ritmo pero sin andar. Sin embargo la deshidratación se hizo cada vez más patente: parábamos en los puestos de avituallamiento a beber y literalmente ducharnos.
Veía a compañeros de club que se retiraron y llegó el momento en que la mente cedió y comencé a andar en las cuestas.
El siguiente objetivo era acabar, como fuera, pero acabar. Ver al resto de los triatletas sufrir no ayudaba, ¿consuelo de tontos?, tampoco.
Última entrada en el pueblo y por fin giro a meta, solo queda la muralla, muy bonita sí, pero ya la visitaré otro día.
Giro al interior del castillo, por fin la meta. ¡Objetivo cumplido!, ¡temporada inaugurada!.
No quiero acabar la entrada sin hacer mención expresa a los ánimos recibidos de la familia aguaverdiana y de nuestro querido mister Pablo Cabeza, siempre al pie del cañón. La organización notable, aunque bajo mi punto de vista hay que revisar el tema de los avituallamientos, pero, sin duda, un triatlón de alto nivel al lado de casa.
PD: Orgullo triatlético, restar diez minutos al crono de meta (mi salida fue diez minutos después).
Eres un ¡¡¡¡¡MAKINA¡¡¡¡¡ enhorabuena campeon.
ResponderEliminarTú sí que eres un mákina Nico. Ya me gustaría a mí haber tenido tus fuerzas de los 101 de Ronda. ¡Enhorabuena! también para tí
ResponderEliminarEnhorabuena a ti tambien... ya hubiera firmado yo ese tiempo para mi, 29 de media con un recorrido tan duro no es para estar disgustado.
ResponderEliminarUn saludo
Enhorabuena, como dices, solo por acabar ya mereceis el mayor premio por la dureza y el calor. Un saludo.
ResponderEliminarSOngo
Enhorabuena, Esteban!! Estos triatletas sois de una pasta especial, campeón!!
ResponderEliminarEnhorabuena por la carrera, no era fácil ni terminar, así que es para estar contento de verdad...
ResponderEliminarEres un máquina Esteban!!
ResponderEliminarAna de Alba