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lunes, 26 de julio de 2010

TRIATLON DE PALMACES 2010



Un nuevo año por tierras alcarreñas para hacer este triatlón, donde la organización y el pueblo lo hace una de mis citas favoritas. Este año las previsiones meteorológicas eran bastantes buenas, poco calor y escaso viento, cosa poco frecuente por estas tierras y aun menos a la hora de la salida (16:30), finalmente el viento sí que se hizo sentir en la bici.

Las distancias son 1800 metros de natación, 60 kilómetros de ciclismo, ida hasta Atienza y vuelta y 12 km de carrera a pie. Aunque la apariencia es de un triatlón olímpico algo largo, la sensación es de un triatlón de media distancia; sobre todo en la carrera a pie donde los parciales de todos los corredores certifican la dureza de la misma.
Salimos más o menos a la hora prevista. La temperatura del agua, aunque algo fresquita, no permitía el uso de neopreno más que a los mayores de 50. Un pequeño lio en la salida no me permitió pulsar correctamente el botón de inicio del cronómetro, con lo que al final del segmento no llevaba referencia del tiempo que había hecho. La sensación es que los metros de este segmento eran más largos de lo normal y una vez consultados las clasificaciones y tiempos corroboraban mi teoría. En la natación de un triatlón, los golpes (bueno golpes por decirlo de alguna forma) están garantizados, pero una vez que se estira la marea humana y en una distancia como esta, lo normal es nadar tranquilito, sin molestias. No fue así y llevaba una mosca cojonera dándome constantemente en los pies (como bien sabéis, al igual que en bici, nadar a rebufo de alguien siempre es más cómodo) . Me giraba a izquierda y a derecha para ver si me lo quitaba de encima y no había forma. Al girar en la última boya y viendo que no había mucho personal alrededor decidí pararme, el tío se paró igualmente como diciendo ¿es que molesto?: ¡Anda tira delante mío que me tienes contento! , le increpé. Me hizo caso y pudimos nadar como personas civilizadas el resto de la prueba (que ya no quedaba nada pero bueno).
Como he dicho antes, no tenía referencia de tiempo de la natación pero los boxes estaban llenos de bicis lo que era buena señal. En este momento de la carrera ocurrió un milagro: tardé un minuto en ponerme el casco, las zapatillas y el dorsal y salir zumbao. Me daban ganas de gritar ¡Habéis visto que rápido he hecho la transición!.

Hay unos seis o siete kilómetros desde la salida del pantano hasta la carretera principal que lleva a Atienza ( a 30 kilómetros y punto de retorno hacia Pálmaces), todo ese tramo es de subida con lo que entre el globo que coges en la natación y lo que tarda en bajar la sangre a las piernas se te ponen las pulsaciones a mil. Estaba obsesionado con comer e hidratarme para no petar, pero en este tramo era imposible. Los que me conocéis y conocéis mi Orbea Ora con ruedas Hed jet de 60 mm, sabéis lo orgulloso que estoy de mi bici, lo pintona que es. Bueno pues como dicen los de Gomaespuma: “Una miiieeeerda de bici con lo que se veía allí”. Encima la gente con cascos aeródinámicos (de estos picudos como los que llevan los del tour en las contrarelojes, gorrocópteros los llamamos los del club), hacían que pareciera un auténtico globero.



Los corredores me pasaban constantemente por todos lados, lo cual quiere decir que soy buen nadador? noooo, quiere decir que soy mal ciclista.
Bueno, ya en la carretera principal empiezo a pensar en comer y beber. Llevaba de todo, agua (con Boi-k), isotónica, geles, barritas, gominolas con gel dentro (no es coña, son de la marca Power Bar), pipas, chicles caramelos (esto último sí que es coña). Bueno y ¿cómo me lo como?, pues ahora un gel, ahora un traguito de isotónica, ahora una gominola, etc., vamos, muy entretenido. En este tramo de la bici en dirección a Atienza el viento soplaba de cara y no es una prueba en la que se permita el drafting (ir a rueda). Me acordaba de los relatos que leo en revistas y blogs sobre la magia de la soledad del triatleta de larga distancia, la lucha apasionada contra el viento, la megafusión con la bicicleta, las frases de Gladiator… vuelvo a recordar al duo Gomaespuma… “y una miiieeerda de lucha apasionada, ni fusión ni na”…. un viento del carajo, un dolor de patas que no veas y encima una bola de gominolas en la boca imposible de digerir; joder parecía nuevo.
Ya cerca de Atienza me cruzo con los buenos que vienen volando, claro con el viento de culo, así sí que te fusionas. Una rotonda marca el punto de giro y vuelta a Pálmaces, ala pues todos a fusionarse con el viento. Claro que no penséis que la gente se relaja, no, siguen dando pedales a tope, alcanzando velocidades de vértigo: “No corráis, que es peor” gritaba yo, “Es mejor fusionarse”. Mi plato grande es un Compact de 50 lo cual quiere decir que en esas circunstancias (con viento a favor y una cadencia de 120 pedaladas) me faltaba desarrollo. Bueno, al menos se iba más cómodo y yo a lo mío a comer y beber.
Mucha animación en el pueblo esperaba nuestra llegada con las bicis. Otro milagro me esperaba: otra transición rapidita, estoy que lo tiro pensé yo. Comencé a correr no sin comerme otro gel calentito que había dejado junto a las zapatillas de correr; es igual, el agua que daban hay que reconocer que estaba bastante fresquita en todo el recorrido y hasta el final, cosa no muy frecuente en estas pruebas.



Otro nuevo reto por delante de mí, correr 12 km, luchando contra el calor, la orografía local, el vientecillo que ya no era tanto pero bueno. Este es el planteamiento de manual de triatleta de larga distancia para afrontar el desafío con esa fuerza mental que nos caracteriza. Pero después de correr 6 km y de haberme comido tropecientas gilipolleces mi reto era otro, intentar acabar la carrera sin vomitar y sin cagarme encima porque me iba por la pata abajo. La situación a la par que cómica era preocupante, pues el mono de triatlón nos es fácil de quitar, vamos que como me de el apretón me lo hago encima y la fusión puede ser ejemplar, menos mal que el pantano estaba al lado y podría asearme un poco antes de entrar en meta. Soy un hombre cristiano y de recursos y tiré de rosario (no de ninguna amiga que se llame así, me refiero a rezar). Rezaba un Padre Nuestro y se me pasaba, pero en cuanto subía la mínima cuesta me entraba el apretón. Entre Padre Nuestros y Aves Marías, terminé el triatlón, entré en meta y salí escopetao en dirección contraria hacia un wáter que había en un bar.



Moraleja: los experimentos con gaseosa. La próxima vez, uno o dos geles como mucho y la fruta tan rica que da la organización.

Al final los tiempos no fueron del todo malos, excepto en la carrera a pie claro.
El fin de fiesta está fenomenal. Hacen una mega caldereta en la plaza del pueblo y nos dan de cenar a todos pero este año se vio algo enturbiada con el malestar gastrointestinal que no acabó de pasarse del todo hasta el día siguiente. A pesar de todo volveremos el año que viene, eso sí, planificaré bien el avituallamiento y a lo mejor llevo gorrocóptero.

lunes, 19 de julio de 2010

FIN DE SEMANA LAGUNERO



Aprovechando una semanita de vacaciones en Valdepeñas, nos hemos ido el fin de semana a las Lagunas de Ruidera. ¿A un hotel? no ¿casa rural? tampoco, de.... ¿camping? sííí. Por primera vez desde que nació María,nos hemos ido de camping, no tengo muy claro que sea un precedente pero la verdad es que lo hemos pasado bastante bien. Tres familias al completo, nosotros cinco,Blanca, Luis, Eduardo y Laura, Fernando, Noelia, Marcos y Aitana y por supuesto... Carlos (no tenía muy claro si venirse con nosotros y después de oir roncar a Fernando no se si volverá a repetir). La chiquillería ni que decir tiene que se lo ha pasado como los indios...












El fin de semana ha dado para todo: Paseos en barca...



Competiciones de natación...



Captura de cangrejos...



... Y por supuesto mi rutilla ciclista por la zona...




Habrá que repetir la experiencia.

domingo, 11 de julio de 2010

TRIATLON DE ALCAZAR- OZÚ QUÉ CALÓ


Un año más me he dejado caer por Alcázar a hacer este triatlón. Este año con un extra de calor, aunque ya se sabe que en tierras manchegas en estas fechas fresquete no hace. La prueba se ha retrasado media hora, el exceso de participación ha desbordado a los jueces en el control de material y el calor se empezaba a notar.
La natación eran 1000 metros en la en la laguna de Villafranca, un pequeño "oasis" (por llamarlo de alguna manera..., que me perdone mi compi Eladio, pero donde esten las lagunas de Ruidera...) en la llanura manchega. He nadado cómodamente, demasiado cómodo diría yo; vamos que me podía haber esforzado un poquito más. 17 minutos me han costado hacer este tramo.


A continuación 30 km hasta Alcázar, pasando por Quero, drafting permitido, asi que los grupos ciclistas estaban asegurados. Los primeros diez kilómetros viajabamos un grupo de cuatro triatletas, haciendo relevos como jabatos, pero el grupo se ha hecho más numeroso y nadie daba (dábamos la cara), así que a viajar tranquilamente hasta Alcazar. Eso sí, con cuidadín, que al ir en grandes grupetas el peligro de caida se incrementa exponencialmente. De hecho, absorbimos a Lalas y Ramis (dos compañeros de club) que se habian caido en un grupo delantero.
La carrera a pie, en mi linea de este año: un poco lentorro, pero la buena noticia es que el pie no me ha molestado mucho.
En todo momento he estado acompañado de aguaverdianos, nosotros sí que somos la marea... "verde", je, je.
También ha habido un nutrido grupo de valdepeñeros que hacian su debut (parece que despierta el espíritu triatlético en Valdepeñas), que lo han hecho fenomenal y creo que han quedado enganchados con el trideporte, asi que espero que el futuro club de triatlón valdepeñero siga adelante.

Próxima prueba Pálmaces: 1800 - 60 - 12 (aquí sí que voy a sufrir...)

domingo, 4 de julio de 2010

1ª Ruta Triheroicos




Comienza a forjarse el primer club de triatlón en Valdepeñas. Hoy hemos hecho nuestra primera ruta. Hemos quedado Quintana, el alma máter del club, Lorca nuestro ironman experto en Valdepeñas, un amigo suyo, Miguel Angel, y el futuro del club: Juan Mejia (sub 1 minuto en 100 crol, cágate lorillo) y Pereda (campeón de España infantil de ciclismo y que tampoco nada mal).



En total 90 kms con la fresca: Valdepeñas - Siles - Moral - Bolaños - Almagro - Moral - Valdepeñas.